“Iremos con mi primo pero él es gay”, “En mi familia hay 2 gays”, “Creo que aquella chica es rara”, “¡Qué se ha creído ese homosexual!”.
Miles de distinciones aún lo convierten en un problema, la sexualidad alternativa siempre ha estado, está entre nosotros y siempre lo estará: entonces ¿por qué es tan extraña, por qué tan tímida?
En estos tiempos de apertura pareciera que mientras más reconocemos que merecen respeto es cuando más los etiquetamos; quizá mañana no sea tema, quizá no haya mucho que decir y entonces habremos logrado lo inalcanzable; “hablar lo suficiente, hasta que no haya nada que hablar” Un mundo gay, en donde ser homosexual o heterosexual, sea lo mismo, donde la negativa a prohibir sea la libertad.
Hace algunos años el licor era ilegal y se volvió un tema muy oscuro, la promiscuidad que tanto caracteriza a este sector, quizá sea una consecuencia de la prohibición, quizá si todos estamos bajo la luz podemos ver los dos lados de la moneda.
Las relaciones gays suelen ser más estables y comprometidas, pues además de luchar al igual que todos con la rutina, hay un mundo grande y pesado que deben confrontar y su unión los hace invencibles.
Ad libitum, se une a la campaña de los que no callarán hasta que sea suficiente, hasta que nuestra voz se pierda en el eco de lo obvio, hablaremos de gays hasta que todos lo seamos de alguna forma, en pensamiento, en comprensión, en convivencia o simplemente en la omisión de distinguir a favor o en contra.
Únete a nosotros a no callar, únete a nosotros a hablar del tema sin hacerlo tema.
Damelys Soto
Presidenta de la Academia de Arte Ad Libitum
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